sábado, 23 de febrero de 2013

RITUAL PARA APROBAR LOS EXÁMENES…



EL material que utilizaremos será una estampa de Santo Tomás (fácil de conseguir en tiendas de material religioso), una vela roja, una vela verde y una vela blanca.

Estos tres colores simbolizan una vez combinados, la sabiduría y aun mejor, LA MEMORIA, sin dejar de lado la suerte que como todos sabemos es parte fundamental en todo examen, pues, muchas veces el tema que nos toca o simplemente el ”examinador” decide el resultado de la prueba.

Cogeremos en casa un puñado de arroz, el alimento que según los orientales sirve para conservar y memorizar los textos. No olvidemos que el divino Buda, se alimentaba de un grano de arroz diario, mientras intentaba comprender las escrituras.
Este arroz, que puede ser normal para cocinar en casa, debe ser triturado y una vez pulverizado lo rociaremos con agua para conseguir una pasta homogénea. Con un palito y sobre una hoja que ponga la asignatura que debemos aprobar, cogeremos el arroz y formaremos el símbolo de la inteligencia (la espiral) que a su vez ha sido símbolo de sabiduría y ante todo de conocimientos.

Esta espiral deberá estar encerrada dentro de una triangulación formada por las tres velas, y cuando apreciemos que la pasta esta seca (hemos de hacerlo coincidir justo el día antes de los exámenes), encenderemos las tres velas, repitiendo cada vez que pongamos en combustión una de ellas:

Por Santo Tomás, mañana aprobarás.
Seguidamente, al acabar de encender las velas, se soplará fuertemente sobre ellas, para alejar de esta manera los malos augurios que pudieran existir sobre el examen.
Si los exámenes duran varios días, se debe hacer una ver al final de cada jornada.

Los antiguos estudiantes de las viejas universidades, antes de acudir a los exámenes, se elaboraban unos curiosos amuletos que suponían servían para atraer suerte.
Dentro de una bolsita de tela azul, ponían un grano de mostaza, un puñado de arroz.

La bolsita azul debía estar cosida con hilo de color rojo (color de Santo Tomás) y cosida por todas partes de manera que no pudiera abrirse.
Normalmente los estudiantes escondían este tipo de amuleto entre sus ropas, y estaban convencidos que les traía suerte. La verdad es que les producía como mínimo una autoconfianza que era muy positiva a la hora de acudir a los exámenes.

En este tipo de amuletos, además de la fuerza vibracional que puedan contener, importa muchísimo la confianza que en ellos depositemos.
Si usted lector debe pasar un examen, no dude en imitar los antiguos estudiantes, pero siempre poniendo toda su fe.

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