domingo, 19 de mayo de 2013

¿Talisman o amuleto?



Muchos comerciantes
todavía hoy, la gran mayoría de sus vendedores siguen llamando amuletos a todos los adornos y colgantes que exponen en sus vitrinas, sin tener en cuenta cuales son sus propiedades y atributos mágicos.

Los amuletos son objetos que conservan su forma natural, es decir, si caminamos por el bosque y encontramos una gran roca de lapislázuli, de la cual tomamos un pequeño trozo de esta y la atamos a un cordel para poder llevarla colgada del cuello a modo de colgante, obtendremos un amuleto de lapislázuli.
Pero, si en vez de mantener su forma natural la trabajamos para darle una forma concreta, además del poder energético de la propia gema, le estamos aportando una carga de energía extra al darle dicha forma. Por lo cual obtendríamos un talismán de lapislázuli.

En este caso del lapislázuli, la piedra que mantiene su forma natural tiene la propiedad de aportar vida a quien lo lleva colgado, pero si además a dicha piedra le damos por ejemplo la forma de un huevo, transformaremos nuestro amuleto de vida, en un talismán de la eternidad. En muchos sarcófagos egipcios se encontraron muchos de estos talismanes, para otorgar a sus faraones una vida eterna en el más allá.
Depende de la forma que le demos a según que materiales, el talismán que obtengamos tendrá un efecto u otro sobre las energías que emana. Un buen ejemplo es la gema del “ojo de tigre”.

Si obtenemos una piedra de ojo de tigre y la conservamos con su forma original, dicha piedra será un amuleto que nos protegerá contra los maleficios que puedan ser creados contra nosotros; en cambio, si tomamos dicho ojo de tigre y le damos la forma de un dragón (por poner un ejemplo), lo habremos transformado en un talismán que nos protegerá de dichos maleficios y a la vez, provocará que estos se vuelvan en contra de la persona que los creó. A este concepto, se le denomina como un elemento “Apotropaico”.

Estas propiedades ya eran utilizadas en el antiguo Egipto, llegando a través de la tradición y de las enseñanzas hasta nuestros días.
Hay mucha gente que opina que esto no son más que pura leyenda y cuentos para entretener, pero son efectos muy reales y potentes, con los que no hay que jugar, pues  algunos de estos objetos, pueden provocar accidentes si no son tratados con respeto y responsabilidad.

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