
La casa donde vivimos forma parte de nosotros, es donde descansamos,
soñamos, amamos y donde nos sentimos a gusto, entonces los muebles, paredes y
demás enseres se llenan de esa buena vibración, pero si por el contrario
sufrimos, lloramos, discutimos... Igualmente se llenan de malas vibraciones.
Por
ello, debes mantener en ella la paz, la tranquilidad y la armonía.
Sin
embargo, la limpieza y el orden son igual de importantes. Y en este caso,
hablamos de vibraciones negativas. Una casa desordenada y caótica es el reflejo
de la mente de la persona que vive en ella. De una forma regular debemos tirar
papeles viejos, sanear los armarios, tirar todo lo que esté roto y todo lo que
ya no nos sirva.
Así que una vez hemos tirado todo lo que ya no sirve, se procede a
cambiar algunos muebles de sitio, para mover la energía, limpiar a fondo toda
la casa, es decir, quitar la suciedad física polvo, grasa, suciedad.... Y
ventilar, abrir todas las ventanas y puertas, para que corra el aire.
En las casas que se siente la presencia de un Espíritu, NO ENCENDER
VELAS, la luz de las velas tienen la propiedad de atraer a los Espíritus, por
eso, si lo que queremos es que se vaya porque su presencia molesta, nunca hay
que encenderla ni para este ritual, ni para ningún otro, ya que se puede quedar
ahí y la persona afectada por esa energía ir cargando con el karma de esa entidad.
Pues bien, una vez hecho todo lo anterior se cierran todas las ventanas y en un
cubo lleno de agua (sirve del grifo), echamos un chorrito de Agua Bendita,
amoniaco y ruda, la ruda puede ser en esencia o hervida en agua. Se moja en ese
preparado un trapo de algodón blanco y bien exprimido se para por los marcos de
las ventanas y puertas y los zócalos o rodapiés de todas las habitaciones,
desde la habitación más al fondo de la vivienda hasta la puerta de entrada,
cuando llegamos a la puerta de entrada, con el trapo húmedo hacemos la señal de
la Cruz en el suelo y a partir de ahí todo lo que hemos usado (el cubo, el
trapo y el agua), no vuelve a entrar en la casa, se tira todo en un contenedor
de basura en la calle.
El último paso es coger una olla, cacerola o sartén vieja, que ya no
sirva y se le pone carbón vegetal, tres limones cortados en cuatro partes cada
uno, romero, laurel y ruda y quemarlo con una cerilla de madera y cuando todo
se quema, pasar ese humo por toda la casa, con las ventanas cerradas y desde la
habitación del fondo hasta la entrada mientras hacéis la limpieza, ir recitando
una y otra vez una oración que para vosotros sea cercana y a la cual os sintáis
ligados. También se puede recitar un mantra o simplemente pedir que lo negativo
se marche.
Cuando
se ha terminado de ahumar, ya en la entrada de la casa, se le echa agua para
apagarlo, se mete en una bolsa de basura y se tira todo en un contenedor de
basura en la calle y ya se puede entrar en la casa y abrir las ventanas y a
disfrutar de vuestra casa.
Esta
limpieza es realmente eficaz y se debe hacer con la luna menguante y el mejor
día es en Sábado al atardecer.
Si hay personas que la mala vibración de la casa lo notan por dolencias o
enfermedades, aunque se haga esta limpieza, antes acudir al médico.
Es recomendable cuando tenemos todo limpio, tener fruta en la cocina,
limones, flores blancas en el salón y no encender velas hasta que no haya
pasado un ciclo lunar completo (28 días) desde que se hizo la limpieza.